Recordar, siempre se necesita una mano que ayude, éllas están en el extremo de tus brazos. Mientras nos vamos haciendo más viejos, ellas nos recuerdan que una mano es para que te ayuden y la otra para ayudar.

lunes, 8 de agosto de 2011

La vida sigue igual.....

Sigo leyendo mi diario, sí, ese que inicié cuando era adolescente y que aún hoy, siendo, por decirlo de alguna manera, mayor, conservo. A veces pienso que las cosas no han cambiando tanto y que los que vamos cambiando somos nosotros o, más bien, los ojos y la mentalidad con la que analizamos el devenir de las cosas.
Hoy voy a contaros algo que me paso en el año 2000 nada  más y nada menos cuando yo andaba perdidamente enamorada de una persona seis años mayor que yo ,que creía adulto, y él estaba pues o tonteando o jugando a ser el adulto principe  al rescate de la joven princesa..Digo todo esto porque  a los 7 meses me dejó, asi, sin más, de la noche a la mañana. Es cierto, estabamos bien, o , al menos, eso me hacía creer, y a la semana siguiente me dijo que bueno que él sólo me había cuidado, mimado pero ¿enamorado? no mujer!! no confundas!! Como diría my friend María, alias paño de lágrimas, me dolió tanto que parecía que me desgarraba por dentro. Si, es una reacción exagerada pero era como me sentía en esos momentos en los que iba como alma en pena por la calle preguntandome como Mohurino: Por qué???? Tardé tiempo en recuperame, no creais, y me quede con un tipo estupendo (algo bueno había que sacar, no??).
Pasados dos años, todo ésto según mi diario, claro, volví a encontrarme con otro sapo (ese dicho famoso que dice que hay que besar a muchos sapos antes de que se convierta en príncipe en mi caso es una realidad obvia). Esta vez mi sapito me duró un año y más de lo mismo: que si no estaba seguro, que si no se veía conmigo, que necesitaba estar solo, que podíamos darnos un tiempo (tiempo en estos casos es te digo esto para amortigüar el golpe pero te dejo y no voy a volver contigo)....................Lejos de regodearme en mi propia mierda otra vez, para mi sorpresa, relativicé todo, no lloré y lo único que me salia era pensar que el se lo estaba perdiendo y que tios como él había muchos. Pensé en que estas cosas pasan y que el amor es asi, viene, va, que podía estar triste pero sabía que era un efecto secundario pasajero.....
Es por eso que la vida sigue igual, que se repiten los mismos hechos, las mismas cosas, con matices, eso si, pero en esencia es lo mismo y lo que van cambiando son nuestros patrones de conducta. Somos nosotros los que decidimos como nos lo tomamos, si nos desgarramos por dentro o relativizamos el asunto, llamamos a la amiga María y nos dedicamos a mirar para adelante.....